En la historia parlamentaria argentina deberíamos recordar el día 30 de marzo como un “jueves negro”, pues aquellos que se llaman a sí “republicanos” hicieron gala de una lógica autoritaria: en el Senado de la Nación se retiraron los integrantes de los bloques de Juntos por el Cambio y Unidad Federal impidiendo el tratamiento de proyectos de ley que, en muchos casos, venían con una votación unánime en la Cámara de Diputados.