Y la respuesta es: Porque representan al Poder Real, al que la Pandemia le está complicando las cosas.
Analicemos primero que es el Poder Real y cómo está conformado.
El Poder Real es la minoría que tradicionalmente concentra el poder económico y político en Argentina. Veamos cuáles son los principales grupos que conforman ese bloque de poder económico, financiero y político asociado a los intereses externos, que históricamente operan contra cualquier tipo de gobierno que defienda los intereses nacionales.
- Los propietarios de las grandes extensiones de tierras localizadas en la Pampa Húmeda, en la zona núcleo que se articula con parte de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, que se nuclean desde 1860 en la sociedad Rural Argentina.
- Los propietarios de las empresas que concentran la producción de la Soja, el Trigo y el Maíz en esas y otras zonas privilegiadas del país. (Tipo Grobocopatel).
- Las empresas que concentran la exportación de granos y subproductos, como Cargill (EE.UU), COFCO (China), Bunge (EE.UU), Admagro (EE.UU), Aceitera General Deheza (Natura), Vicentin (Argentina) y LDC DREYFUS (Francesa), los Urquía (Argentina).
- Los grandes grupos económicos concentrados de la industria y los servicios como Rocca de TECHINT, Bulgheroni dueño de BRIDAS de Panamerican Energy y de AXION, Mindling de PAMPA ENERGÍA, y Marcos Galperin de Mercado Libre, que son las principales fortunas del País.
- Los bancos y financieras privadas, nacionales y extranjeras que desde el 2016 dejaron definitivamente de canalizar el ahorro para el financiamiento productivo y se dedicaron a la timba financiera con las Lebacs y las Lelics como ejemplo, y necesitan la reforma jubilatoria para volver al negocio de las AFJP
- Las corporaciones nacionales y extranjeras que concentran la producción de alimentos, en forma monopólica o cartelizada, como Kraft, Molinos y Arcor.
- Los grandes supermercados locales y extranjeros que concentran la comercialización de alimentos, bebidas, limpieza y otros bienes de primera necesidad, como Coto, Carrefour, Walmart, que necesitan impedir la Ley de Góndolas y el control de precios.
- Los laboratorios medicinales locales y extranjeros que concentran la producción e importación de medicamentos, como Roemmers.
- Las prepagas médicas (OSDE, Medicus) que concentran el negocio de la medicina privada.
- Las empresas privatizadas de Servicios Públicos que quieren mantener los precios dolarizados y seguir esquilmando a los usuarios.
- Las corporaciones mediáticas que concentran los medios de comunicación.
- La Corporación Judicial, incluida la Corte Suprema, que es una herramienta histórica de la Oligarquía argentina.
- Los “servicios” de contrainteligencia.
- La Embajada de Estados Unidos, que apoya políticamente y articula todos los grupos que se enfrentan a los gobiernos populares.
Este bloque, conforma el Poder que se enfrenta sistemáticamente a cualquier gobierno popular y que cada vez va quedando más expuesto.
Todos los sectores que forman parte del Poder Real son socios, y saben que todo gobierno popular tiene siempre el objetivo de redistribuir la riqueza que ellos han concentrado en forma salvaje.
Lo que los une y abroquela aún más es que saben que con este gobierno necesariamente van a perder, lo que se juega ahora en la pelea es cuánto van a perder.Y saben que cuando pierdan un poquitito, sólo empiezan a perder. Es como la Pandemia! En cuanto uno pierda algo, empiezan a perder TODOS, y no pueden saber cuánto van a perder cada uno, ni hasta cuándo.
El enfrentamiento queda bien claro, es entre el Poder Real que quiere mantener sus privilegios históricos y el gobierno popular que defiende los intereses de la población.
En principio, conocen bien que la resolución de todo conflicto depende del poder relativo de los que se enfrentan, y por eso estaban confiados en que antes de la pandemia el gobierno tenía un 48% de los votos y ellos podían jugar con su 40%.
Y ya habían empezado a limar al gobierno desde las PASO en Agosto del año pasado.
Pero la pandemia pateó el hormiguero, y hoy la gestión del gobierno se acerca al 90% de aprobación, los médicos y enfermeros generan el mayor nivel de confianza entre la población y los empresarios y bancos privados tienen el menor nivel. Las encuestas señalan también el enorme vacío de representación opositora.
Para colmo el desastre que generó la pandemia en el sistema económico global hace que hasta el FMI apoye el plan de pagos a los acreedores con tres años de gracia y una quita enorme en los intereses.
Con lo que hasta los que votaron a la oposición en las últimas elecciones están apoyando las medidas del gobierno, y los acreedores han perdido gran parte de su poder extorsivo.
Está bueno recordar que todos los sectores del Poder Real son accionistas de la deuda Pública. Sólo el Grupo Clarín, asociado a Telecom tiene bonos soberanos de la deuda por $1.178 m.
Entonces, el poder relativo del Poder Real disminuye en el plano local y pierde apoyos externos, y el poder relativo del gobierno nacional crece tanto al interior de la población como en términos de apoyo internacional.
Todo esto amplía notablemente la posibilidad del gobierno nacional de tomar decisiones en materia económica y financiera y se amplía su margen de maniobra. El poder extorsivo y de apalancamiento del Poder Económico y Financiero se diluye, y al no poder recuperarlo en el corto plazo, se hace imprescindible hacerlo fracasar en la lucha contra la pandemia.
Los medios masivos concentrados son el arma fundamental para lograrlo. Se trata de obligarlo a romper la cuarentena antes de tiempo y en forma desorganizada. Tienen que sabotear a cualquier costo la estrategia de contención del virus y achatamiento de la curva.
Si la estrategia del gobierno sale bien, ellos pierden en todos los frentes del PODER: el económico, el financiero y el político. Y otra vez aparece el peligro de un gobierno nacional con liderazgo, margen de maniobra y autonomía en sus decisiones, que para el Poder Real es trágico.
Para colmo con el apoyo de mayoritario de la población, con tres años y medio de gobierno por transitar, y con el consiguiente peligro cierto de lograr la reelección.
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