¿Por qué es imposible para el gobierno nacional conciliar con el Poder Real?
Pandemia y poder real

En la columna del martes pasado nos planteamos la cuestión de la guerra que el poder real le ha declarado al gobierno nacional en todos los frentes, y terminamos preguntándonos de que manera nuestro presidente y el actual elenco del poder ejecutivo pueden enfrentar una situación de esa gravedad en el corto y mediano plazo.

Planteamos que el Poder Real se ha enfrentado sistemáticamente a lo largo de la historia del liberalismo, desde el Siglo XVII, acá y en el planeta contra las poblaciones y los gobiernos que representan los intereses populares. En ese sentido no son enemigos de los gobiernos sino de los pueblos.

Y señalamos que es un enemigo muy poderoso, frente al que no podes titubear ni darle ninguna ventaja.

Definimos dos oportunidades históricas en el caso de nuestro gobierno actual para enfrentar el poder corporativo con las mayores probabilidades de éxito y minimizar en lo posible el enorme poder que ha acumulado en los cuatro años del gobierno de Cambiemos.

La primera oportunidad histórica se perdió por las razones que expusimos en la columna anterior. Se presentó en los primeros 30 días posteriores a la asunción de Alberto Fernández, donde el gobierno que asume tiene intacto el poder que le otorga el voto popular.

La segunda oportunidad histórica es la que se está dando en este momento a partir de la pandemia y se articula en los planos internacional y local.

En el plano internacional por el enorme apoyo que el gobierno está teniendo por su excelente capacidad decisoria frente a la pandemia y el respaldo del FMI y otros gobiernos europeos a su propuesta a los acreedores externos.

Y en el plano interno por la obligación de los gobernadores e intendentes de la oposición de mostrarse alineados con el gobierno en los frentes externo e interno, debido al enorme apoyo de la población a las medidas tomadas por el gobierno nacional en relación a la deuda y la cuarentena.

Destacamos también la desobediencia abierta y explícita de las corporaciones a todas las decisiones que ha tomado el gobierno en términos de despidos, indemnizaciones, precios de los bienes y servicios y prestamos de salvataje entre otros, atormentando a la población en un momento de enorme vulnerabilidad, angustia e incertidumbre.

Este combo genera esa segunda oportunidad para enfrentar con determinación a las corporaciones económicas, financieras, mediáticas y judiciales, que sabotean en forma permanente las capacidades del gobierno y buscan erosionarlo en sectores importantes de la opinión pública, preparando el terreno para desestabilizarlo cuando se supere la pandemia y aparezca en primer plano la grave situación económica que el gobierno va a tener que encarar, como va a suceder el todos los países.

Esa operación de desgaste la llevan adelante sistemáticamente con las operaciones que encaran en los medios concentrados y con los trolls de marquitos peña.

Las corporaciones que forman parte del poder real están obligadas a desestabilizar al gobierno nacional por todas las razones citadas, pero hay por lo menos cuatro que vale la pena destacar, dos económicas y dos judiciales.

Las económicas:

  1. Sus dueños y ceos forman parte de las 12.000 familias que estarían alcanzadas por el impuesto a las mayores fortunas del país.
  2. También forman parte de los tenedores de la deuda externa, asociados a los fondos buitres y necesitan repetir lo que hicieron con el Pro y el radicalismo conservador.

Las Jurídicas:

  1. Una parte relevante de los dueños y ceos de las corporaciones, así como de los políticos involucrados directa o indirectamente con el gobierno macrista, aun los que hoy simulan estar del lado del presidente, han cometido y siguen cometiendo delitos de todo tipo, defraudaciones y estafas de distinta gravedad cuyas pruebas son irrefutables y tienen que impedir por todos los medios que la situación política y económica se estabilice y el gobierno nacional pueda empezar a sanear el poder judicial. La sola causa de los cuadernos, que hoy se mantiene hibernada y debajo de la alfombra, provocaría un zafarrancho en algunos dueños y ceos de las corporaciones, y en los operadores judiciales, políticos, comunicadores y de los servicios del aparato mafioso del poder real.
  2. Más allá de lo que hagan los fiscales y jueces con las causas que ya están denunciadas judicial o mediáticamente, muchos jueces y fiscales, políticos, empresarios, comunicadores, gremialistas, miembros de las fuerzas armadas y de seguridad que fueron extorsionados por el aparato jurídico mediático policial del macrismo van a salir a reclamar justicia.

Frente a esta cruda realidad, se entiende la imposibilidad del Poder Real para conciliar con el gobierno si éste intenta cumplir con el mandato popular.

Conciliar quiere decir según la Real Academia Española “Poner de acuerdo a los que estaban en desacuerdo”, y es imposible para un gobierno ponerse de acuerdo con los enemigos del pueblo qué él representa.

Y justamente en este sentido, nosotros, los que formamos la mayoría del pueblo, tenemos que reaccionar y tener una clara conducta de autodefensa de nuestros propios intereses. Ya no es momento de resistir frente al atropello que venimos sufriendo por parte de las minorías corporativas, es momento de que todas las organizaciones políticas, gremiales y sociales y que cada uno desde su lugar en la familia, en el trabajo, en las instituciones educativas, en los barrios, en la calle y donde estemos, impulsemos con fuerza a nuestros dirigentes políticos a avanzar decididamente en la distribución equitativa de la riqueza.

Ningún gobierno popular puede avanzar en la lucha contra las corporaciones si los ciudadanos no estamos decididos a actuar en defensa propia, denunciando y enfrentando toda forma de agresión por parte de los productores, los comercializadores, los bancos, los jueces, los medios o cualquier sector que intente poner palos en la rueda del poder del gobierno nacional.

En definitiva el mensaje de esta columna es que si estamos sosteniendo que es importante que nuestro gobierno endurezca su posición frente a las corporaciones que sabotean todas y cada una de sus medidas en defensa de los intereses populares, debemos también impulsar a todas las organizaciones políticas y gremiales y a los movimientos territoriales a actuar en consonancia.

Nuestro gobierno necesita estar apoyado e incentivado por un vigoroso espacio popular para sentirse motivado y seguro para no claudicar frente al poderoso e histórico enemigo del pueblo.

Por otro lado cada uno de nosotros en el lugar en que se desempeñe tiene que mantenerse atento e informado y expresar estas ideas en todos nuestros entornos. Y prepararse a salir a la calle para manifestarse en forma activa en defensa propia y del gobierno una vez que termine definitivamente la cuarentena.

Ella es seguro que alguna vez va a terminar, así de segura tiene que ser nuestra decisión de defender nuestros derechos en la calle y en todos lados.

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