El "POCHO", VIVE
Pocho vive.

El 19 de diciembre, en medio de la crisis, "corralito", vaciamiento y saqueo del país del 2001, que terminaría con la caída del presidente De la Rúa, (y la imagen imborrable del helicóptero), caos en las calles, saqueos, el estado de sitio, y sin olvidarnos de la orden de reprimir por parte del gobierno, (y de los muertos en todo el país que esta orden provocó), fue en ese contexto que varios policías que llegaron desde la ciudad de Arroyo Seco, cerca de Rosario, comenzaron a disparar en el fondo de la escuela N°756 , "José M. Serrano", del barrio "Las Flores" (con el comedor atiborrado de pibes que iban a comer, tal vez su única comida fuerte en el día, el hambre crecía y crecía), ahí, Claudio Hugo Lepratti, conocido como «Pocho» y «El Ángel de la Bicicleta», militante social, es asesinado en medio de la represión. 

Testigos cuentan que Lepratti subió al techo para defender a los pibes que en su interior seguían comiendo. Se asomó gritando: "¡Hijos de puta, bajen las armas que aquí solo hay pibes comiendo!"

El agente Esteban Velásquez abrió fuego con su escopeta cargada con balas de plomo, acertándole con una posta en la tráquea, lo que le causó a Lepratti una muerte instantánea. El hecho motivó el procesamiento y posterior condena a 14 años de prisión para Esteban Velásquez, dictada por el juez de sentencia Nº 3, Ernesto Genesio, con el cargo de homicidio agravado por el uso de arma. Además, tanto Velásquez como la provincia de Santa Fe fueron condenados a resarcir económicamente a los familiares de la víctima por los daños y perjuicios causados, con 145 000 pesos.

La Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial había reconocido en un informe que «el asesinato del militante social Lepratti ocurrió fuera de la zona de saqueos y en los fondos de una escuela», y que «no se justifica haber efectuado los disparos reconocidos, ni siquiera en carácter intimidatorio».

Los policías acusados argumentaron que habían abierto fuego porque habían sido atacados a balazos por vecinos apostados en el techo de la escuela. El vehículo policial tenía efectivamente marcas de balazos, pero todos habían sido realizados a nivel del suelo. El juez Julio García condenó a otros cinco policías (Marcelo Arrúa, Rubén Pérez, Daniel Braza, Roberto De la Torre y Carlos Alberto de Souza) por falsedad ideológica y encubrimiento agravado, ya que «balearon y destruyeron el patrullero para simular un ataque y alegar que actuaron en su defensa»

Aparentemente una testigo recogió un cartucho naranja, que corresponde a la munición de plomo y lo entregó a los investigadores policiales, pero éstos le entregaron a la Justicia un cartucho verde, que corresponde a las municiones de goma. Velásquez, salió antes de cumplir su condena, y hoy es un militante PRO, en Arroyo Seco.

Aún así, con la impunidad, que debemos combatir día tras día, "El Pocho", se convirtió en símbolo de la resistencia de los sectores más pobres de Rosario.

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