El proceso económico y político global y nacional
El Gobierno marcando urgencias y prioridades.

* Columna realizada por Osvaldo Gagliardo el 11 de Agosto 2020 en "UNAXSEMANA"

La cuestión crucial en el contexto internacional y en nuestro país es que se está reconfigurando el sistema capitalista, en lo económico y lo político.

En lo económico estalló la burbuja del capitalismo financiero, que en los últimos 40 años destruyó la economía real, que es lo único que sostiene al sistema de producción capitalista industrial comercial desde hace 250 años. El sistema capitalista, para su supervivencia requiere oferta y demanda de bienes y servicios. Cuando a finales del siglo pasado la timba financiera internacional se convirtió en la principal fuente de ganancias, los sistemas de producción se fueron opacando y con ellos la posibilidad de contratar trabajadores que con sus sueldos sostengan la demanda, es decir el consumo. Y no es posible el sistema capitalista sin un robusto sistema de oferta y demanda que sostengan el mercado.

Este proceso que ya lleva 40 años, con la producción de bienes y servicios con una progresiva disminución en su rentabilidad en relación a la creciente rentabilidad de los negocios financieros y el consiguiente aumento del desempleo que eso produce, sumado a la brutal concentración económica y financiera en manos de unas pocas corporaciones transnacionales, ha provocado que la situación social sea insostenible.

Esto quiere decir que la exclusión, la marginalidad, la pobreza y la indigencia que el sistema neoliberal ha generado, hace inviable mantener el control político sobre las poblaciones, y eso provoca manifestaciones cada vez más violentas aún en tiempos de pandemia y cuarentena. Las revueltas en Francia, Inglaterra, España, Grecia, Chile, Bolivia, y el mismo centro del capitalismo, EEUU, incluidos los saqueos en Chicago el día de ayer 10 de Agosto y los anteriores en Nueva York, al mejor estilo sudamericano, son la prueba cabal de esto. La pandemia por otro lado está generando un descalabro económico aún mayor, y es de imaginarse lo que puede pasar cuando terminen las cuarentenas y las mayorías poblacionales puedan salir libremente a la calle.

En nuestro país asumió hace 8 meses un gobierno de corte nacional y popular que cuenta con el apoyo de sus votantes y de otros sectores de la población que se han sumado a partir de la pandemia, que ha tomado y sigue tomando medidas preventivas en lo sanitario y lo económico para proteger a grandes mayorías de la población, con lo que la situación social está controlada. Veremos en un rato que está pasando en la cuestión política local.

En cuanto a las perspectivas económicas, todos los países occidentales incluido EEUU salen en la post pandemia con enormes deudas y sus sistemas productivos y de consumo sumamente afectados. Ya nadie discute que la reconstrucción del sistema va a requerir necesariamente un rol protagónico de los Estados y que va a ser necesaria una fuerte emisión monetaria para esa reconstrucción.

Esto quiere decir que por mucho tiempo el famoso equilibrio fiscal va a ser inviable, porque va a ser imposible restringir las inversiones de los Estados a los ingresos que puedan recaudar a través de impuestos.

Por otra parte el mito neoliberal de que la emisión monetaria es lo que genera inflación ha quedado definitivamente invalidado por la experiencia concreta de los últimos años en todo el mundo. Quedó demostrado que la instalación de ese mito es uno de los principales caballitos de batalla que los neoliberales utilizan para atarle las manos a los gobiernos y hacerlos dependientes de los financistas internacionales.

Los países centrales han crecido siempre a partir de una emisión controlada para dinamizar su desarrollo industrial, el trabajo local y los mercados internos, además de proteger a sus industrias, cosa que obviamente prohíben a los países dependientes, a los que necesitan como compradores de lo que producen y abastecedores de materias primas.

En una charla del 6 de Agosto del Centro de Análisis Político, organizada por los economistas Amado Boudou y Ricardo Aronskind y el periodista Edgardo Mocca, alertaron acerca de que la oposición va a agitar el fantasma de la supuesta necesidad del equilibrio fiscal para desacreditar la emisión monetaria, que es un instrumento vital para impulsar la reactivación en forma soberana.

Por otra parte advirtieron que a la salida de la pandemia todos los países van a querer proteger sus empresas y vender sus productos al exterior para reactivar sus economías y no van a comprar al exterior, por lo que nuestra forma de conseguir divisas en el corto y mediano plazo no se va a poder dar a través del aumento inmediato de las exportaciones, sino a través de financiamiento estatal a nuestras empresas industriales para conservar las divisas sustituyendo importaciones.

Un claro ejemplo de esto es que este 7 de agosto el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, a través de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores, anunció el relanzamiento del Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC) con el objetivo de mejorar la productividad y competitividad de las pymes en todo el país, con una inversión de 400 millones de pesos de los cuales el 70% es de Aportes No Reembolsables (ANR) que significa que las micro, pequeñas y medianas empresas que sean beneficiadas sólo tendrán que aportar el 30%.

Otro ejemplo es que esta semana el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, a través de la Secretaría de Industria, y el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) lanzaron un plan para sustituir importaciones de autopartes y dinamizar en el mediano plazo su exportación a Latinoamérica. El programa incluye un fuerte incentivo fiscal y créditos blandos a las autopartistas locales y las pymes que se sumen al proyecto. En argentina están radicadas 11 terminales automotrices que insumen nada menos que 90.000 componentes, de los cuales actualmente sólo el 30% es de origen nacional, con el agregado de que tres autopartistas extranjeras se retiraron de Argentina en los últimos años ante la baja abrupta de las ventas de automotores.

Todo esto implica un proceso de emisión controlada para un crecimiento económico orientado por el Estado y no por el Mercado, promoviendo empresas que generen puestos de trabajo y dinamicen la industria local y el mercado interno.

Estas políticas se han podido dinamizar a partir del cierre del acuerdo con los bonistas privados, que además de ahorrar 35.000 millones de dólares en intereses de la deuda, (que equivale al 10% del PBI nacional) despejó el horizonte financiero por cuatro años.

Otro tema muy importante a la hora de reactivar la producción es que el apagón industrial que provocó el último gobierno dejó a las empresas industriales con un 60% de su capacidad instalada ociosa, lo que quiere decir que al reactivarse la demanda de sus productos no necesitan una fuerte inversión en bienes de capital para aumentar su producción, sino que tienen que poner en movimiento las máquinas que tuvieron que apagar y recuperar a los empleados que las operaban.

Por otra parte los bancos tienen enormes bolsones de liquidez, es decir montañas de plata depositada por sus clientes y que no están prestando, con lo cual el gobierno, que está legalmente habilitado para hacerlo desde el Banco Central, puede bajar el encaje bancario y obligarlos a prestar a las empresas con intereses razonables.

Nuestros economistas con experiencia en la gestión política agregan otras medidas como desdolarizar y bajar las tarifas de los servicios públicos, bajar las tasas de interés, federalizar la producción nacional impulsando las PYMES, las cooperativas, las fábricas recuperadas, los pequeños productores y las ferias locales, y un shock distributivo a través de los salarios y las jubilaciones.

Como queda claro no faltan los recursos económicos en nuestro país para encarar una etapa de recuperación y desarrollo.

La cuestión pasa por la política…

En el bloque político opositor la voz cantante la sigue teniendo el Pro y los radicales siguen el rumbo atados al carro. En el último zoom de Macri muy cómodo desde Saint Tropez en la costa azul y la tropa del Pro, la estrategia que se consensuó es que por un lado los operadores políticos y mediáticos incentiven sus críticas al manejo de la pandemia y la cuarentena para erosionar al gobierno, y por otro lado que los que están en funciones ejecutivas se vayan desmarcando del gobierno nacional y empiecen a fracturar solapadamente la supuesta unidad que fingieron desde el inicio de la pandemia.

Todo esto con fines electoralistas de cara a las elecciones legislativas del 2021 y las ejecutivas del 2023.

La parte sustancial de su electorado tiene un perfil ideológico profundamente individualista, liberal, antisocial y antiperonista y está más preocupado por

desalojar al peronismo del gobierno a cualquier costo que en razonar acerca de las consecuencias de un relajamiento prematuro de la cuarentena. No hay forma de persuadirlos con datos y comparaciones internacionales ni con las consecuencias nefastas que tendría esa medida para las mayorías populares simplemente porque no les interesa, más aún, los irrita pensar la posibilidad de un mejoramiento de las mayorías populares, que encima sería como siempre es según su ideología a costa de los impuestos que paga la clase media.

El hecho de que el ex presidente se tome suntuosas vacaciones en Francia y se vaya a un país como Suiza que no permite la extradición les parece fantástico.

A los que sí les preocupa es a los funcionarios del gobierno macrista, tanto del Pro como radicales, que saben que no pueden hacer lo mismo, y algunos corren el riesgo de quedar expuestos a pasear por los tribunales y eventualmente ser los patos de la boda.

Los miembros del Pro que están compitiendo con Mauricio Macri por el liderazgo del partido, como Horacio Larreta, Esteban Bullrich y Jorge Macri, primo del ex presidente, están en una situación compleja porque tienen que erosionar a Mauricio y su tropa en la interna y a Alberto Fernández y a Axel Kicillof en la externa.

En el bloque oficialista también hay internas entre los massistas y los albertistas/cristinistas. Maza despliega su protagonismo desde la presidencia de la Cámara de Diputados, donde Máximo Kirchner se fortalece como jefe de la bancada oficialista.

Mazza está en campaña para sumar legisladores propios en el congreso en 2021 y para futuro presidente en el 2023. La presidencia de la Cámara de Diputados le da exposición pública y capitaliza tres cuestiones:

  1. La resistencia del sector conservador del peronismo al liderazgo del albertismo/cristinista y que busca un referente alternativo,
  2. Su pose de joven moderno, racional, equilibrado y dialoguista que se maneja muy bien en la rosca política,
  3. El establishment y los medios opositores, que desde siempre lo valoran como futuro líder si logran forzar el recambio en la conducción del peronismo.

Máximo en tanto madura y se va perfilando como referente del peronismo albertista/kirchnerista que sostiene una posición más firme frente a la oposición bolsonarista.

Esto en la interna. Hacia afuera la cuestión es incrementar las posibilidades electorales del gobierno para incrementar el número de diputados en el Congreso Nacional en las legislativas del 2021. El peronismo tiene 119 y debe sumar por lo menos 10 más para poder tener quórum propio, y para eso la cuestión radica en seducir a un 8% del 52% que no votó al Frente en el 2019.

Y esto radica en una estrategia de comunicación inteligente, que el peronismo no ha sabido construir desde el 2003 hasta ahora.

Esa estrategia tiene que focalizar en dos temas centrales:

Por un lado la prensa y la difusión pública federal, sencilla e inteligente para capitalizar todo lo que el gobierno está haciendo en materia de inversión social y productiva.

Y por otro lado en dejar lo más claro posible que Juntos por el Cambio, con Larreta, Vidal, Santilli, Morales, Esteban Bullrich, Jorge Macri y todos los candidatos de la oposición representan sus propios intereses políticos y económicos y tienen como verdadero objetivo impedir la recuperación económica en que está trabajando el gobierno nacional.

Y en ese tema comunicacional tenemos que comprometernos activamente no sólo los comunicadores independientes sino todos los ciudadanos que queremos un desarrollo económico y social sustentable y ser comunicadores activos en la familia, el barrio, el trabajo, las escuelas y en todos los ámbitos en que participemos.

Tenemos una gran oportunidad y tenemos que sostenerla

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