Queridos lectores, sepan disculparme por cierto exceso de expectativas respecto a la forma en la que nuestro país podría ser un actor relevante en el comercio internacional, al menos en su sector clave en cuanto a la balanza comercial, el agropecuario, pero la realidad ocasionalmente supera la ficción.

Cuando escribí la nota “El mundo en bloques” planteando los desafíos del mundo de la nueva normalidad y la vuelta de los demócratas a la Casa Blanca creo haber obviado que el canciller no iba a “especular”, “fabular”, “conjeturar”, que hablaron en su primer conversación oficial nuestro presidente con el presidente electo Joe Biden.

En fin, unidad hasta que duela y otras yerbas pueden generar que algún asesor inocente pueda confundirse entre Olivos y la Casa Rosada y que no haya ningún miembro de la cancillería que tenga a su alcance poder chequear donde se iba a hacer la video llamada. Quedo Solá en el olvido, pero una vez más quedaron al descubierto internas que nos exceden y que, por suerte, esta vez no se tratan de “especular”, “fabular”, “conjeturar”, cada cuanto charlan CFK y AF.

También creo que debería disculparme por no haber considerado en la última nota que, a pesar de señalar la entrada en la espiral inflacionaria de la carne, los aumentos oscilarían entre un 15% y 20%, por lo cual el sencillo cuadrito ilustrativo que había usado para mostrarles el poder adquisitivo del salario mínimo en kilos de asado quedo bastante desactualizado en solo siete días. Las teorías del porque son de lo más variadas, en mi opinión veo como lo más factible una recomposición de los precios del kilo vivo como consecuencia del aumento de los costos de producción sostenidos fundamentalmente por la suba del precio internacional del maíz. El menú de opciones se completa con las expectativas de devaluación, el precio export parity en un contexto de importantes exportaciones y hasta la previsión de subas en la demanda interna estacional de diciembre.

El agro estuvo en la agenda del presidente esta semana, el jueves participó del anuncio de la compañía Syngenta de invertir alrededor de 25 millones de dólares para la ampliación de dos plantas de maíz y girasol en la localidad de Venado Tuerto, acuerdo entre las compañías Syngenta y Sinograin Oils Corporation para la venta a China de 1.2 millones de toneladas de soja originaria de Argentina y Uruguay, por un monto de alrededor 500 millones de dólares. Sin embargo, el dato importante es la entrada de Syngenta al pool de exportadores de granos ya que hasta el momento la compañía de capitales china delegaba el trading de los granos obtenidos por el canje de agroquímicos en otras exportadoras, fundamentalmente en Louis Dreyfus.

Desde Syngenta y a partir del nuevo plan comercial creen posible posicionarse rápidamente dentro del top de exportadores por los volúmenes que genera el antes mencionado canje, en lo que va del año logro acopiar 2,5 millones de toneladas entre maíz y soja (incluye las ya comprometidas 1,2 millones de toneladas), lejos aún de las 14,2 MT que comercializó la china COFCO la campaña pasada o las 8 MT que supo conquistar Vicentín en sus años dorados.

Y un día volvió a aparecer Vicentín en nuestras líneas, no suelo traer a colación la cuestión de escala más importante del año en lo que respecta al sector ya que Gustavo Feldman suele contarles con lujo de detalles la situación en Identidad Colectiva, pero esta semana, seis meses después del fallido anuncio de AF se intervino Vicentín. Si, por otros canales y con otros actores de lo que se esperaba ese 8 de junio en el que se hablaba de estatización, empresa testigo, y otras intenciones que quedaron solo en eso. Otros canales es porque fue la justicia la que resolvió la situación y con otros actores porque no va a estar Gabriel Delgado, sino un interventor elegido por los acreedores y un vice interventor designado por la provincia de Santa Fé.

La plantas industriales de Ricardone y San Lorenzo de la empresa venían siendo operadas a fasón por el grupo Olio, esta semana la exportadora del grupo sufrió un traspié al ser suspendida del Registro Único de la Cadena Agroalimentaria al detectar un saldo pendiente de liquidación de 450.341.892 dólares en concepto de exportaciones agroindustriales, cancelando así todas sus operaciones de comercio lo que complica aún más a la empresa concursada.

Idas y vueltas, cruces y acusaciones, estafas y vaciamientos, a un año de la declaración de default, tras el anuncio de intervención estatal del 8 de junio y la actualidad, sigue todo bajo un gran signo de pregunta.