Adolfo Pedernera El Maestro con estatura de crack
adolfo

Un día como hoy pero de 1995 se despedía Adolfo Alfredo Pedernera Assalini, jugador de futbol, entrenador y dirigente sindical argentino considerado uno de los mejores delanteros de la historia de nuestro deporte mayor.
Nació en Avellaneda en 1918 y se crio mirando al habilidoso Pedro Ochoa, “Ochoíta”, de su querido Racing Club. Quería jugar como él y lo logró.
Sus primeros pasos en el futbol los dio en “Cruceros del Plata” y luego en Huracán. Parque Patricios lo cobijó y le impregnó esa mezcla de buen futbol, tango, cultura entrañable de barrio, bohemia, picardía y solidaridad. 
En 1933 fue transferido a River Plate. Debutó en 1935, con 16 años, contra Ferrocarril Oeste. Lo marcó otro de sus ídolos de Racing Club, José “Pechito” Della Torre. Lo enfrentó en tres cuartos, le amagó dos veces y lo dejó en ridículo. El público reía y aplaudía. Al llegar a la mitad de la cancha, el defensor, le espetó: “Es bueno que tenga habilidad y la demuestre, pero burlarse de los contrarios le va a traer más problemas que ventajas…”. Ese día aprendió una lección que nunca olvidaría: la habilidad debía ser acompañada por el respeto al rival.
Fue campeón con “El Más Grande” en 1936 (también ganó la Copa de Oro), 1937, 1941, 1942, 1945 y ganó varias veces la Copa Aldao, Ibarguren y Escobar. Fue parte necesaria de “La Máquina” junto a Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Ángel Amadeo Labruna y Félix Loustau. Equipo incomparable del que Adolfo se fue transformando en su conductor.
La fecha reconocida como nacimiento del quinteto fue un 21 de septiembre de 1941. El técnico Renato Cesarini realizó un cambio estratégico: Pedernera abandonó su puesto de wing izquierdo y pasó al centro del campo en lo que hoy se conoce como “falso nueve”. Generaba juego con el “Charro” Moreno y dejaba libre al imparable Labruna que recibía los pases en cortada y definía en forma implacable. La víctima de esa tarde fue el Club Atlético Independiente. El resultado fue 4 a 0 con tres goles de Pedernera.
El apodo de “La Máquina”, según algunos fue un invento de Rosa, la madre de Adolfo. Desde el periodismo deportivo se lo debemos a Ricardo Lorenzo Rodríguez, “Borocotó”, de la revista El Gráfico que tituló su nota “Jugó como una máquina el puntero”.  Fue una tarde mágica en la que River Plate derrotó a Chacarita Juniors por 6 a 2 con Adolfo Pedernera de bastonero.
Su visión estratégica del juego, su inteligencia táctica, su habilidad indescifrable, su velocidad voraz, su estilo encarador, su pegada sensacional, su pase mágico y su entrega total lo hicieron ídolo indiscutible y le nacieron apodos: “El Maestro”, “El Frentudo”, “El Geómetra”, “La Biblia”.
Jugó en la Selección nacional y también “hizo capote”. Salió campeón invicto del Sudamericano de 1941 (cuatro jugados, cuatro ganados) y de 1945 (6 jugados, 5 ganados y uno empatado). 
En 1946 tuvo un serio conflicto con el presidente de River Plate y con su compañero Ángel Labruna. Atlanta ofreció una fortuna para la época: $140.000 y lo incorporó junto a Deambrosi y el arquero Soriano que también venían de River, Gandulla de Ferro, Higinio García de Racing, entre otros. La campaña fue mala y “El Bohemio” descendió por primera vez en su historia. 
Al año siguiente se incorporó a su querido Huracán que había sido diezmado por la venta de “Tucho” Méndez, Juan Salvini y Llamil Simes a Racing y los pases de Alberti a Los Andes y Unzué a Talleres. Campaña anodina, de mitad de tabla, sin estridencias.
Amante de la noche porteña, bohemio, amigo incondicional de Aníbal Troilo, gran bailarín de tango, simpático y temperamental. Ganó mucho dinero con el futbol pero nunca se olvidó de sus compañeros. En 1944 fue uno de los fundadores de Futbolistas Argentinos Agremiados, cuyo precedente había sido la Junta Argentina (pro-organización jugadores de futbol). 
Fue un dos de noviembre y en la asamblea participaron 98 futbolistas que eligieron su primera Comisión Directiva encabezada por Fernando Bello (Independiente), presidente, Adolfo Pedernera (River Plate), vicepresidente y Carlos Rodríguez de Lara (Gimnasia y Esgrima La Plata), secretario. 
La organización colectiva permitió luchar por sus derechos. Hacia 1948 los conflictos se sumaban. Las soluciones no llegaron. El 1º de noviembre se declaró la huelga más larga de la historia del futbol argentino. Adolfo Pedernera fue quien comandó a los futbolistas en el conflicto. Los dirigentes no querían ceder y el gobierno no atinaba a reaccionar. El petitorio era contundente: fijación de salarios mínimos; abolición del techo salarial, libertad de acción una vez finalizado el contrato; vacaciones; aguinaldo; indemnización por despido; reconocimiento de la FAA como organización legítima de los jugadores y modificación de algunos artículos despóticos del Estatuto de la AFA. Derechos básicos que otros trabajadores/as habían logrado.
La huelga triunfó. La mayoría de los puntos se consiguieron salvo la prohibición del techo salarial. Luego Pedernera fue elegido paritario pero fiel a sus principios dio por terminada su actuación y emigró a Colombia junto a casi un centenar de jugadores que no comulgaban con la dilación en la solución de ese punto fundamental de la huelga. 
Su paso por tierra colombiana fue apoteósico. Ingresó a Millonarios y ganó la Liga de Colombia en 1949, 1951, 1952 y 1953. En ese equipo lo acompañaron Julio Cozzi, Néstor “Pipo” Rossi, Alfredo Di Stéfano y Antonio Báez. entre otros, que también habían emigrado tras la huelga. El colombiano Francisco “Cobo” Zuloaga era su capitán. Ganaron la Pequeña Copa del Mundo de Clubes en 1953 ante su querido River Plate. Fue la época del recordado “Ballet Azul”.
En 1954 se consolidó el Pacto de Lima y los jugadores emigrados debieron regresar a su país. Pedernera jugó en Huracán. Un dato casi desconocido: en 1960 jugó y dirigió al América de Cali a quien sacó subcampeón por primera vez en su historia. Luego se calzó la “pilcha” de entrenador. Nacional de Montevideo, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Ciclista Lima (Perú), Huracán, Talleres de Córdoba, Independiente, Banfield y clasificó a la selección de Colombia para disputar el Mundial de Futbol de 1962, jugado en Chile. 
En 1965 se produjo una sorpresa mayúscula: fue contratado como director de la Escuela de Futbol y como asesor técnico de Boca Juniors. Fue el cerebro del cuerpo técnico que consagró campeón a los “xeneizes” en 1965, junto a Néstor Rossi y Aristóbulo Deambrosi. Siguió manteniendo la idolatría en River Plate y se ganó el respeto de los boquenses. 
Finalmente, en 1969 tomó las riendas de la Selección Nacional en la ronda clasificatoria pero se encontró con el excelso cuadro de Perú que empató el partido definitorio 2 a 2 en la Bombonera. Ese día Teófilo Cubillas, Chumpitaz, “Cachito” Ramírez, “Perico” León, Baylon, “Chito” De La Torre, entre otros, bancaron la parada y clasificaron.
Una tarde otoñal Adolfo dijo adiós en su Avellaneda natal. Se fue de golpe, sin pedir permiso.
Gracias Adolfo! Por tu arte con la redonda, por tus enseñanzas que reconocen muchos futbolistas, por tu honestidad brutal, por haber desparramado la cultura del barrio en nuestro continente.
 

Dejanos tu opinión

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.
CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.