Con la misma puntualidad que “a cada chancho le llega su San Martín”, a cada saqueo neoliberal lo sobreviene un “duhalde”. Es lo que se necesita: alguien con mucha, mucha, pero mucha ambición, cierta cuota de megalomanía, diálogo fácil con los sectores dominantes, trato afectuoso con Clarín (querido Héctor) y pátina peronista pertinaz.