Hablemos sobre indignación y chivos expiatorios, sobre que temas ponemos en agenda. Hablemos sobre esta cultura del escarnio público y el escrache. Hablemos de prioridades. En un país donde ha bajado drásticamente el consumo de leche, dónde 6 de cada 10 niños son pobres; el gran problema son los adolescentes que van a la playa y hacen fiestas clandestinas. Eso último sale en televisión, la juventud descarrilada, irresponsable, sin empatía. Me pregunto... ¿qué mundo, que país les ofrecemos los adultos? Después viene el caso de la señora Yanina Latorre, con corresponsales hablando desde La Florida porque todos queremos saber... Cómo es posible que haya llevado a la madre a vacunarse a los Estados Unidos. Que mala Yanina, por personas así estamos como estamos. Leo gente que hasta ayer consideraba "progresista" hablando de disciplina, mano dura, control. Porque ahora los medios amigos le han puesto como chivo expiatorio al pendejo de 18, 20 años que se va de vacaciones con los amigos. Acaso nadie tuvo esa edad? Ayer mismo se publicó una nota que el presidente le dió al grupo Clarín, en la que abiertamente expone que no piensa hacer ninguna revolución y no va a indultar a los presos políticos. Es decir que el modelo económico, social y el tan repudiado Lawfare va a seguir igual, pero con distinta fachada, con lenguaje más inclusivo, con palabras más lindas. Pero la nafta aumenta, la carne aumenta, un kilo de yerba ronda los 400 pesos y el kilo de asado los 750. Mientras los jubilados sobreviven a leche en polvo las funcionarias se sacan fotos con remeras rojas y lloran emocionadas porque logramos el aborto legal. ¿Y el derecho al trabajo, a la vivienda digna, a la salud, a la alimentación sana? En ese sentido el peronismo fue revolucionario porque puso en eje a los derechos del pueblo del trabajador y nuestra Constitución de 1949 fue una constitución totalmente revolucionaria, que dió vuelta el tablero y cambio el statu Quo y el trabajador dejo de ser pensado como una mercancía. Cómo siempre digo en los programas de radio, no es casual como se elaboran las agendas y como los medios direccionan nuestro sentido común e incluso nuestra vara de indignación para donde conviene.
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