Dos perlas francesas en América Latina – Caribe
mundial

Algunas horas antes de lo que no se dice, pero casi todas y todos queremos que suceda

De entre las historias de la colonización francesa en América Latina y Caribe recojo dos:

1. HAITI En 1697, España “cedió” a Francia la mitad de la Isla de Santo Domingo. A partir de allí, con el aporte de esclavos traídos de África como ganado, Francia se dedicó a la explotación de las riquezas naturales con mano de obra gratis. Se llevaron todo. Hasta que en 1791, un numeroso grupo de esclavos se levantaron contra la opresión colonizadora empuñando su armas. En 1793 los amos franceses simularon la primera abolición de la esclavitud y en 1804 Saint Domingue, rebautizado Haití (que en el idioma Creole significa “tierras altas”) se proclamó la primera república negra independiente. Los franceses se enojaron, claro. Y decidieron que… Haití debía INDEMNIZAR a Francia por la guita que habían perdido los colonos a raíz de dejar de tener esclavos. Como lo lees. Valuaron la pérdida en 125 millones de francos oro. Como estos tipos no querían pagar, les mandaron la flota para convencerlos y los obligaron, a punta de pistola, a negociar el pago de esa supuesta deuda. En 1838 lograron el “tratado de amistad” y le rebajaron la deuda a 90 millones, que el pueblo haitiano pagó hasta el último centavo en 1883. Con amigos así… En abril de 2003, el presidente Jean Bertrand Aristide afirmó que Francia era la deudora de Haití. Exigió restitución y reparación por los daños causados por la esclavitud y por la sanción. Un viejo reclamo que venía desde la independencia. Reclamó 21.000 millones de dólares a Francia, el valor capitalizado de los 90 millones de francos oro pagados en aquel entonces. ¿Imaginaste que hicieron los franceses? Acertaste. Le hicieron un golpe de estado con el apoyo de USA y la OEA y destituyeron a Aristide. ¿Adiviná de qué lo acusaron? Acertaste también. En 2015, el entonces presidente francés Hollande, anunció en Puerto Príncipe el pago de la deuda que Francia tiene con Haití, lo que generó esperanza en el pueblo peeeeero, Monsieur Hollande aclaró después, de vuelta a Paris, que se trataba de la deuda “moral”. Cuando tuve la oportunidad de ir a Haití, vi en carne viva esa sociedad, la más empobrecida de América y no pude dejar de relacionar su miseria espantosa con haber sido el primer país que se independizó de una potencia europea. Nada de rebelarse, negritos. Una anécdota personal: Me iba a pasar a buscar al hotel el Secretario General del sindicato de docentes, Jean Baptiste, a quien había invitado a desayunar para conversar. Para mi asombro, la recepcionista me informó “los nativos tienen prohibida la entrada al hotel” y que si entraba era bajo mi exclusiva responsabilidad… Nunca vi comer a una persona con tanta voracidad un desayuno, quizás el primero en muchas semanas.

2.- MEXICO En la décadas de 1820/1840 México (gobernada por los conservadores) contrajo deuda con España, Inglaterra y Francia. La guita del endeudamiento fue a parar a los banqueros y terratenientes mexicanos. ¿Te suena? Cuando en 1861 asumió Benito Juárez, anunció que se negaría a pagar la deuda con el hambre y miseria de su pueblo, y postergó los pagos al menos dos años para forzar una negociación. Las tres grandes potencias les mandaron los barcos y desembarcaron las tropas para iniciar el cobro por la fuerza. Después de una serie de negociaciones, España e Inglaterra reembarcaron sus tropas y abandonaron la opción de la intervención, pero el Segundo Imperio francés continuó adelante. Lo que pretendían no era tanto cobrar sino dominar ¿Te suena? Tanto que inventaron el término “latinoamérica” para justificar su vinculación con México. El pueblo mexicano se dispuso a resistir, con lo poco que tenía, salvo su coraje, la invasión francesa. Cuando las tropas invasoras francesas pisaron suelo mexicano el Arzobispo de Puebla organizó una recepción fastuosa a los invasores, con misa incluida, junto con los políticos conservadores, hacendados, terratenientes y el sector conservador del ejército. Hay una anécdota (que le escuché al Negro Dolina): el General Miguel Negrete revistaba en las fuerzas conservadoras, pero al iniciarse la invasión francesa, se pasó de bando y se puso a las órdenes del General Ignacio Zaragoza pronunciando una frase que lo inmortalizó: “Tengo Patria antes que partido”. El pueblo resistió. Cuentan que tirando las balas como piedras porque ni armas tenían, peleando en patas cuerpo a cuerpo con los soldados profesionales para echar a los invasores, que debieron huir con vergüenza. Francia fue el hazmerreir de toda Europa. Los mexicanos habían vencido a uno de los más poderosos ejércitos de la tierra. Después volvieron con 30000 hombres y masacraron la resistencia, pero eso es otra historia.

Cualquiera que haya tenido la oportunidad de visitar Paris sabe de la ostentación que hacen los franceses de lo que se afanaron a lo largo de la Historia. Como el British Museum de Londres o el Metropolitan Museum de Nueva York, el Museo del Louvre es la muestra sin censuras de todo lo robado por todo el mundo. En la mismísima Place de la Concorde se exhibe un obelisco egipcio con la ilustración de cómo fue sacado gratis de su origen.

Claro que también Francia es la sede del Mayo francés, de “la imaginación al poder”, de libertad, igualdad, fraternidad, de los chalecos amarillos y de la resistencia a los nazis.

ACLARACIÓN NECESARIA: cada pueblo es producto de sus luces y sombras, de sus idas y vueltas, de lo que decide ocultar o poner a la luz, de lo que logra y de lo que no. A nosotros nos pasa, por ejemplo, con la ignominiosa Guerra de la Triple Alianza, cuando Argentina en 1864, al mando de Mitre y sus “civilizadores”, bajo la influencia de Inglaterra, junto con Brasil y Uruguay colaboró en la destrucción del entonces pueblo más avanzado de América Latina: Paraguay. Y aunque nos hagamos los distraídos y digamos “el paragua” a un paraguayo, pesa sobre nuestra conciencia histórica esa mancha. Vale aquí recordar que el General Perón devolvió a Paraguay los “trofeos de guerra” en 1974, quizás su última acción como Presidente argentino antes de morir. Dale, Republique Française, devolvele a Haití lo que le robaste…

No se trata de putear la Marsellesa (¡que linda canción es!), sino de no comerse el verso de los “civilizados y bárbaros” que nos enseñaron en la escuela sarmientina, concepto que aún domina muchos análisis políticos e históricos que se autoperciben serios.

Dicho lo cual: ¡Vamos Lío, vamos Julián, vamos Rodrigo, vamos Fideo, vamos Scaloni! ¡Vamos Argentina!

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