En la ciudad de Buenos Aires hace varios días que permanecen tomados algunos colegios secundarios en reclamo de mejoras edilicias (que no se caigan los techos), mejores viandas (dejar un anónimo «fiambre de cerdo» por algo más nutritivo) y la modalidad que tomaron las pasantías (preparación para asumir la precarización laboral). Frente a este hecho aparecieron dos reacciones nunca mejor usado el término y una lección.
En los medios hegemónicos de comunicación, donde hay más cacareo que trino de aves, se buscó invisibilizar el hecho o banalizarlo; peor aún fue la respuesta de las autoridades educativas porteñas: la ministra de Educación, Soledad Acuña, habló de adoctrinamiento kirchnerista, les mintió a los padres diciendo que los iban a enjuiciar penalmente, buscó amedrentar con la policía de la ciudad y quiere multar la protesta. Lo que en ningún caso ocurrió fue establecer un diálogo para determinar la veracidad de los reclamos.
Pero no es extraña la conducta de la ministra, ya que ella estudió en Bariloche en el colegio que dirigía Erich Priebke, hauptsturmführer de la Oficina Central de Seguridad del Reich de las SS. Pasó por la UBA, pero su especialización en Administración y Política Públicas la hizo en la Universidad San Andrés, cuyo rector era Carlos F. Rosenkrantz, actual presidente de la Corte Suprema y ex abogado del grupo Clarín. Formó parte de la Fundación Grupo Sophia el primer think tank que fundó Horacio Rodríguez Larreta a la que la Inspección General de Justicia (IGJ) le quitó la personería en febrero de 2021 al comprobar que no designaba autoridades hace 18 años, no presentaba balances hace 15 y cuya última actualización había sido hace más de una década.
Fue asesora en la Secretaría para la Modernización de la Provincia de Buenos Aires (2002-2003), luego legisladora en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, presidiendo la Comisión de Mujer y la Comisión de Salud. Más tarde fue Subsecretaria de Promoción Social en el Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad de Buenos Aires y finalmente ministra de Educación. Una auténtica funcionaria polirubro, a la cual no se le conocen horas frente a un aula… dirigir o efectuar una investigación sobre educación o un artículo sobre el tema, entonces la ministra no llegó por mérito… se llama rosca. Obvio, es aquella que dijo que los docentes son viejos, de los sectores más bajos socioeconómicos con poco capital cultural, o en referencia a los chicos que quedaron por fuera del sistema educativo tras el primer impacto de la pandemia en el 2020, sostuvo que era demasiado tarde recuperar e incluirlos nuevamente, agregando que esos chicos están trabajando para el narcotráfico.
Finalmente, los pibes dieron lección. Sí, esos adolescentes les enseñaron a los cacareadores y a las polirubros, que las convicciones se defienden poniendo el cuerpo, cosa que las autoridades no hicieron, que ellos tienen la certeza de lo justo de la causa, y sí… es política porque desde Platón en adelante, el modelo educativo está ligado a un modelo de sociedad con inclusión y justicia social y ello es la comprensión más profunda que se puede tener de la política.
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