ANTONIO CAFIERO y el FMI. En 1949 el pensador bonaerense le recomendó al Gobierno Nacional que la Argentina no ingrese al FMI ya que: “La realidad económico – social del mundo exige que se respete primero un nivel mínimo de vida y decencia en sus poblaciones y en sus clases trabajadoras (doctrina del “Justicialismo”) y recién sobre él se edifique el sistema de relaciones económicas que más convenga para todos en general y no para las potencias más y mejor desarrolladas”.

TERMINAR CON LA ESPECULACIÓN FINANCIERA Y REORIENTAR EL AHORRO A LA PRODUCCIÓN Y AL BIENESTAR SOCIAL ES LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS. Sostiene ANTONIO CAFIERO que en 1935 se fundó el BANCO CENTRAL y el liberalismo lo utilizó para la “especulación, el despilfarro y la imprevisión de la clase oligárquica”. CAVALLO lo manipuló para convertir la deuda privada en deuda pública y a MACRI le sirvió para garantizar la fiesta financiera y la fuga masiva de capitales. En 1946 Perón lo nacionalizó, ya que en palabras de CAFIERO: “se traza la meta del desarrollo y se pone a su servicio la función monetaria”.

"La JUSTICIA SOCIAL debe involucrar el reconocimiento de la existencia de una “DEUDA SOCIAL” hacia los sectores marginados y excluidos de la economía, y una “DEUDA POR PRODUCTIVIDAD” hacia los trabajadores. Hace falta la generación de un programa nacional de lucha contra el desempleo, la exclusión social y la pobreza."

“El economicismo de mercado y las soluciones tecnológicas pugnan por sustituir a las luchas por la idea. Nos encontramos en un mundo donde todo parece haberse vuelto relativo, inclusive el conocimiento científico y la actividad intelectual, que sucesivamente han decretado la muerte de Dios, la del hombre y la de las ideas. Pero en el que todavía subsiste, para apoyarnos, el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, la aspiración por una justicia universal y la vigencia de tramas tradicionales de solidaridad social”.

"Nosotros creemos que si le demostramos al mundo occidental, al mundo financiero, que somos capaces de imponer una reprogramación unilateral de nuestros pagos a la banca acreedora extranjera, para que con el ahorro de esas divisas formemos un fondo de reactivación económica y social a fin de mover las fábricas paradas, incrementar la rentabilidad del campo, aumentar la inversión pública, en una palabra, devolverle el dinamismo a la economía, haremos el mejor servicio que una generación puede brindarles a las que la sucedan."

"La empresa del desarrollo económico planificado debe ser también empresa popular. El pueblo debe participar del plan, por intermedio de sus organizaciones, para bosquejarlo. A través de su propio esfuerzo, para realizarlo. Y ello no podrá ser así si el plan - además del desarrollo económico - no contempla puntos mínimos de justicia social."

"Un gobierno que consulta con gobiernos o instituciones extranjeras las medidas más elementales para conducir su economía, que en vez de ordenar sus recursos se confía en el aporte del crédito extranjero, que pone en práctica planes económicos importados que no se conjugan con la realidad nacional, no es políticamente soberano, por más que conserve himno y bandera."