La ganadería, 25 años en el congelador.
vacas

Fuente: Identidad Colectiva

Termina una gran semana para todos los que nos sentimos parte de la gran familia de Identidad Colectiva por el desembarco de nuestro equipo en los estudios de Radio Continental AM 590 de Lunes a Jueves de 00 a 02.

Así como una semana termina comienza otra, la primera semana del mes en el que se definirán los candidatos en esta suerte de gran encuesta que conforman las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias en nuestro país.

Nada nuevo bajo el sol en una campaña embarrada por los hechos de público conocimiento que se dieron lugar en Olivos por los que el Presidente ya está teniendo que dar explicaciones pero que poco aporta a la resolución de la infinidad de problemas que nos aquejan desde antes, durante y lo que será el después de esta pandemia.

La agenda agropecuaria continúa debatiéndose entre distintos temas aunque el más importante sin duda en cuanto al día a día de la sociedad es el de carne vacuna, exportación, consumo interno, producción y un sinfín adicional de variables que hacen a la discusión.

Discusión que se asemeja por momentos al resonante video replicado hasta el cansancio por los medios y las redes sociales de la docente que debate con un alumno, seguramente tenga razón el problema son las formas. Entonces agarrándonos de este parangón, ¿quién puede discutir que el gobierno tiene que preocuparse por el precio interno de la carne? Nadie. ¿Quién puede discutir que el sector empresario, los representantes de los frigoríficos de exportación y otros miembros de la cadena apuntan a llevar adelante su actividad con los mejores márgenes posibles en cuanto a operación y a rentabilidad? Nadie.

Pareciera redundante tener que plantear estas preguntas, sin embargo los debates y discusiones de la agenda productiva se estancan en tales lodazales que se observa conveniente tener que reafirmar los roles de cada uno, el productor es productor, el empresario es empresario y el político, político. La criminalización de cualquiera de estos tres por no nombrar a tantos otros actores simplemente lleva al lugar de la historia en el que considero nos encontramos hoy.

La situación descripta en los párrafos anteriores lleva a la siguiente situación:

· Piso histórico de consumo aparente de carne bovina de 47,5 kilos promedio por habitante por año. Generado fundamentalmente por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios en relación al kilo de carne, aun estando este ultimó en sus mínimos de los últimos años medidos en dólares.

· Falta de previsibilidad en términos de performance exportadora, llevando al incumplimiento de los contratos con los distintos socios comerciales, fundamentalmente con el principal socio comercial de nuestro país que es China.

· Imposibilidad de la integración adecuada de la res y de las distintas categorías, el ya mencionado para esta sección “CADA CORTE, CADA CLIENTE”.

· Falta de acceso al crédito iniciada en la gestión macrista por las extraordinarias tasas de interés orientadas al sector financiero, asfixiando a cualquier actividad productiva real.

· Política de precios orientada a castigar el precio del kilo vivo de hacienda con la afectación que esto produce al negocio ganadero primario sin considerar la integralidad de los actores de la cadena.

· Derivado de estos últimos dos puntos, estancamiento en la producción por ya casi un cuarto de siglo.

Todas estas cuestiones claro que tienen a profundizarse y retroalimentarse, según un informe ganadero realizado por CREA sobre 395 productores consultados 116 ya decidieron destinar mayor superficie a la agricultura, menor producción de proteínas animales es menor valor agregado de nuestros granos y cereales, es menor producción agroindustrial y menor generación de puestos de trabajo calificados, formales y federales.

Derivado de la menor producción y orientación de tierras productivas a la ganadería entramos en la hipocresía del doble discurso también en la que se apuntan todos los cañones a la producción de soja y al monocultivo pero desde el Estado no se hace nada para evitarlo y que continué siendo la vedette de las pampas y las tierras agrícolas de nuestro país.

No se apuesta a la ganadería, no se apuesta al bioetanol de maíz con la mayores inversiones que este cultivo y ese hidrocarburo verde generan, la pregunta es, al margen de si consideramos que el circuito agroindustrial es bueno o malo, evade o no, es controlado o no, es estatal o privado.

¿A qué sector agroindustrial aspiramos?

Preguntas que no nos serán contestadas en esta campaña por estos candidatos.

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