Mañana conmemoraremos “El Día de la Soberanía”, en recordación de la gesta de defensa nacional del 20 de noviembre de 1.845, en la que se denominó la “Batalla de la Vuelta de Obligado”. Vale recordar los motivos geo-políticos de aquella contienda y su similitud con acontecimientos de nuestra vida diaria.
Barcos ingleses y franceses remontaban el rio Paraná. ¿Venían con intención de invadirnos? ¡NO!, solo pretendían la libre navegación de los ríos para poder introducir sus mercancías. Llevarse las materias primas necesarias, como el cuero crudo y vendernos botas terminadas.
Las refriegas se producían por su necesidad comercial y nosotros defendíamos el comercio local, el trabajo de nuestros artesanos, a eso que ahora le llamamos, mercado interno.
Nuestro proceso emancipador de principios del siglo XIX, refirió no solo a la delimitación geográfica y jurídica, sino también a qué tipo de sociedad se aspiraba plasmar y su lugar en el mundo.
Hoy Argentina necesita reafirmar la vigencia de su condición soberana en sentido real y no solo simbólico. Hoy las grandes corporaciones trasnacionalizadas siguen peleando la libre navegación de los ríos, se apropian de la hidrovía del Paraná, administran sus propios puertos y, justamente por la falta de control en nombre de la "libertad de los mercados" , se llevan cómo y cuándo quieren las riquezas del país.
Es claro que el mundo esta inserto en una fuerte crisis, cuya resultante es absolutamente incierta. En estas circunstancias, resulta fundamental retomar el concepto de soberanía, en especial desde una perspectiva productiva. Se están multiplicando las tensiones, tanto en lo comercial como en lo financiero, se alteran las relaciones internacionales y se desarticulan sectores, economías regionales y cadenas de valor provocadas por una globalización anárquica, proteccionista y enemiga de la complementación. De esta manera se golpea fuertemente a nuestra sociedad y al concepto de Patria.
La soberanía no la podemos plantear hoy como concepto generalizador. No es solo la bandera, el himno, la escarapela. La debemos entender a través de los elementos concretos que le sirven al pueblo, como son: la soberanía alimentaria, la energética, la financiera, educativa y fundamentalmente, la soberanía sobre nuestros recursos naturales incluyendo nuestra propia tierra puesta en venta al capital foráneo que establece economías de enclave.
Dar referencias de la soberanía es afirmar el propósito de labrar nuestro futuro y recuperar una perspectiva de dignidad frente a las permanentes injerencias externas tendientes a desarticular nuestro tejido social. Por eso, hoy más que nunca llamamos a la unidad de todos los argentinos.
Los empresarios PYMES demostramos en la práctica que se puede hacer en comunidad, al formar parte del “Espacio de Producción y Trabajo”, junto a parte del movimiento obrero, cooperativas y organizaciones del campo. Es imprescindible sumarnos
ESTA TODO POR HACER EN NUESTRA PATRIA Y SEGURO, NO SOBRA NADIE
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