Ayer terminó mal una saga que había empezado mal.
Los jubilados/as actuales lo pagarán en vivo y en directo y los inmediatamente futuros con replay.
Ningún gobierno que jodió a los jubilados terminó bien. Veremos cómo le va a éste.
Es cierto que la gravedad del tema previsional es global pero también que se puede rumbear para encontrarle la vuelta o empeorarlo.
En nombre del déficit cero se eligió el segundo camino atacando a personas que necesitan soluciones con premura.
También es cierto que una buena parte de los perjudicados votó a Milei y Villarruel. No podrán fingir demencia.
Ahora bien, el primer problema es que 5/6 millones de trabajadores/as no están registrados. A esa cifra hay que sumarle 2/3 millones de desocupados/as.
Ninguno aporta al sistema previsional ni tendrá posibilidades de jubilarse salvo que se genere una nueva moratoria que ellos/as mismos denostan.
Segundo problema es la inflación desbocada. Y esto no se soluciona deprimiendo la economía o tocando los índices. El bolsillo lo sabe.
Con las leyes aprobadas tendremos más trabajo no registrados y, ahora, sin castigo a los patrones.
Está claro que enfilamos a la hoguera respecto a los jubilados de mediano y largo plazo. Atención a los más jóvenes y mediana edad que parece no interesarles el tema.
Esto también ejerce presión a quienes hablamos de reparar la situación de los jubilados/as. Sin recursos no hay jubilación justa.
Es más, en 2025 tendremos un problema adicional: vence la moratoria previsional.
La lucha política será más confusa porque muchos/as de los que aportaron más de 30 años estarán en una posición contraria a los que accedieron con moratoria.
No habrá tanta unanimidad como hoy. Lamentable pero, probablemente, cierto.
Creo que en los términos de capitalismo extremo o prebendario no hay solución.
Tampoco con bonapartismo.
Pero somos argentinos/as.
Podemos construir músculo para patear el tablero.
Lo contrario, es comer mierda...
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