Un mundo multipolar.
Trump, Xi Jinping y Putin

No habrá tercer guerra mundial. "El miedo al exterminio mutuo siempre ha contenido a los actores internacionales; ha frenado a las principales potencias militares a la hora de intentar movimiento bruscos y eso los ha obligado a tenerse respeto mutuo" esta fue una de las declaraciones que dio Vladimir Putin en junio de 2018 al medio Russia Today (RT):https://actualidad.rt.com/actualidad/274700-putin-contestar-guerra-mundial-linea

En una muestra de racionalidad y realismo político el Presidente de la Federación Rusa pone de manifiesto la condición del sistema internacional. Un sistema en el que su principal característica es la anarquía, no hay un árbitro ni un juez global, donde la medida de todas las cosas es el poder, y los actores intentan imponer su voluntad uno sobre otro tal como explica Raymond Aron en "La paz y la guerra entre la naciones". Ante esta situación la actual potencialidad nuclear de los principales polos podría culminar en la destrucción de la civilización.

La bipolaridad y fin de la hegemonía.

Este temor mutuo fue lo que estuvo latente desde fin de la segunda guerra mundial hasta la implosión de la Unión Soviética en 1989 en el período de "Guerra Fría" en el cual la "Teoría de los juegos" de Von Neumann se materializó en las relaciones internacionales soviético-americanas. Esta teoría consistía en que ningún Estado actuaría de forma hostil contra el otro por el miedo a no saber cuál sería la reacción y un paso en falso indicaría perder el juego "la destrucción mutua garantizada", el momento de máxima tensión de esta bipolaridad se expresó con la "crisis de los misiles" con el descubrimiento de los misiles balísticos soviéticos de alcance medio R-12 y R-14 en la isla de Cuba.

El temor a la destrucción se mantiene como en la era del mundo bipolar pero se presentan varios cambios trascendentes desde aquel entonces, seis son los aspectos que destacaremos, los tres primeros marcan el momento de consolidación de la globalización y el resto puntos de inflexión que indican una crisis del orden internacional y de la hegemonía estadounidense post "Guerra fría": 1) aparición de Internet y aceleración de los procesos de comunicaciones; 2) implosión de la URSS y caída del "Muro de Berlín"; 3) Consenso de Washington; 4) atentando a las Torres Gemelas; 5) Crisis financiera 2008; 6) Revolución energética norteamericana. Como otro de los momentos de inflexión podríamos agregar la llegada de Donald Trump a la presidencia que marcó un viraje en la concepción de la política exterior estadounidense.

El momento de consolidación de la globalización es bien coincido y muchos lo han estudiado, para comprender el contexto actual es más relevante entender el proceso de "desglobalización" o de configuración del nuevo orden internacional; el atentado a Wall Street marcó un giro en la política de Seguridad y Defensa a nivel internacional, en EEUU con un claro posicionamiento ofensivo; la crisis financiera de los créditos subprime provocó un descrédito de la opinión pública hacia el sistema y de fuerte rechazo a las élites, muchos países comenzaron abordar medidas proteccionistas con un sentir de ideas nacionales; la Revolución energética con la explotación de petróleo no convencional Shale gas y Shale oil le permitió a Estados Unidos el autoabastecimiento y la soberanía energética como rectificó Trump en su última conferencia.

Ahora bien abordemos estos puntos mencionados. La estrategia de Henry Kissinger de "equilibrio de poder" utilizada durante la década del '70 resurgió con vitalidad luego del atentado a las Torres Gemelas sustentada ahora con la "Teoría del choque de las civilizaciones" de Samuel Huntington, que construía a oriente y específicamente el mundo musulmán como nuevo enemigo, y con el auspicio del lobby Israelí donde ya anunciaba el ministro de defensa israelí Ben-Eliezer un mes antes de la guerra de Irak como presagio: 'Irak es un problema. Pero debemos entender, si me lo preguntan, que Irán es hoy en día más peligroso que Irak'.

La presencia de Estados Unidos en medio Oriente no hizo más que proliferar el caos con los intentos de desestabilizar gobiernos, muchos ex aliados, cuya culminación fue la insurrección regional de la "Primavera Árabe". La implementación de una "Guerra compuesta" o de "Cuarta generación", como describe William Lind, esto es utilización de ejércitos irregulares, fragmentación territorial, tácticas propagandísticas-comunicacionales y uso de nuevas tecnologías de la información. Esto fortaleció el desorden y avance fundamentalista islámico, una guerra molecular de religión, donde en lugares como Siria se terminan dando lo que el Papa Francisco anuncia como una "Tercer guerra mundial en cuotas" las principales potencias disputan poder en territorios alejados distribuyendo armas y poniendo en práctica nuevas tecnologías, dividiendo el territorio, destruyendo el Estado, marginando poblaciones.

La crisis de 2008 lejos de atenuar estos conflictos los agravó con la política exterior llevada a cabo por la entonces Secretaria de Estado Hillary Clinton quien ejecutó la mayor venta de armas de la historia de su país, con un récord de 66.300 millones de dólares en 2011 a Arabia saudí. Este último quien apoyaba y financiaba grupos yihadistas que operaban en Siria. Otro hecho relevante de la ex secretaria de Estado fue su impulso a la invasión de Libia que terminó con la muerte de Gaddafi atacado con drones estadounidenses y capturado por rebeldes libios en complicidad con los saudíes.

Los emergentes

Mientras EEUU lidiaba con lo económico en el frente interno y en el externo centraba su política exterior hacia medio Oriente, con una visión geoestratégica clara China incrementará su poder a nivel global. El crecimiento de sus influencias en África y América Latina fue notable durante la década pasada. El dominio del gigante asiático en el continente africano es inapelable, logró hacerse de él siendo el principal inversor en telecomunicaciones e infraestructura y gracias a sus relaciones diplomáticas bilaterales. En América Latina logró incrementar su influencia mediante importación de bienes y servicios, inversiones en el sector de obras públicas y tecnología junto al otorgamiento de financiación.

Sin dudas que el principal benefactor de este doble proceso de globalización-desglobalización ha sido la República popular China, hoy, el segundo tenedor de deuda estadounidense. Su poderío económico y expansión militar sobre el globo lo posicionó como un nuevo polo de poder y representante fiel del modelo globalista de libre mercado. Este posicionamiento y asunción de liderazgo lo expresó Xi jinping en el Foro de Davos de 2017, un encuentro donde se reúnen los principales representantes del capitalismo financiero, donde expresó: "Debemos mantener nuestro compromiso con el desarrollo del libre mercado y de las inversiones, promoviendo la liberalización y la facilitación del comercio con la apertura y con el rechazo al proteccionismo”. Otros de los beneficiados por este modelo de interdependencia y libre mercado han sido países como India, hoy un emergente o los del sudeste asiático, Singapur, Laos, etc. Así como Japón que con el auspicio de EEUU entró a formar parte de la Comisión trilateral fundada por David Rockefeller bajo la presidencia de Carter.

La gran recesión fue uno de los motivos para la asunción de Donald Trump a la presidencia quien llegó con la promesa de poner fin al “ciclo destructivo de intervención y caos” del periodo anterior. Trump guió sus fuerzas a la guerra comercial con China que le permitiría ordenar el estado interno y diferenciarse de Obama llevando un cambio radical en la geopolítica. Mientras China promueve el libre comercio, los acuerdos multilaterales y la integración al régimen Monetario, Trump va a contramano, sube aranceles, realiza acuerdos bilaterales y disuelve el Tribunal de solución de diferencias de la OMC quitándole cualquier legitimidad.

Revolución energética

La Revolución energética le permite a Norteamérica la independencia de medio Oriente y no sufrir los problemas que tuvo durante la revolución iraní a fines de los '70. La importancia del autoabastecimiento y de proveedor, que lo convierte en un exportador neto tras 75 años según Bloomberg, es de suma importancia para la geopolítica americana y representa una imagen a semejanza del mundo planteado por Thomas Barnett quien concibe el sistema internacional como redes de comunicación dividido en zonas, la zona núcleo representada por Estados Unidos, las zonas con conexión, está sería Europa, Japón, Rusia, China y las zonas sin conexión léase Cuba, Venezuela, África o medio Oriente quienes presentarían problemas a las redes conectadas.

Este abastecimiento energético implica una reducción en los costos de producción americanos lo que le da una ventaja comparativa en la guerra comercial con China quien hoy depende del petróleo de otras áreas, al igual que Europa. Cuyos intereses para el abastecimiento están puestos en la región de oriente medio. El reordenamiento geopolítico indica un nuevo configuración en esa zona con la llegada de la "primavera árabe" a Siria donde la proximidad geográfica forzó entre otras causas la intervención rusa, que estableció un balance de poder en la región. El regreso ruso a Oriente forjó el eje Ankara-Teherán-Moscú como contrapeso al acuerdo árabe israelí Estadounidense para controlar oriente próximo. La presencia de USA y de Rusia, quienes tienen el interés compartido de que Europa no logre abastecerse de petróleo en esta región, fortalece un objetivo doble: la dependencia de Europa de estos dos y por ende el alejamiento de China hacia Europa.

Irán y el nuevo mundo multipolar.

El asesinato del General Qasem Soleimani quien dirigía las Fuerzas Quds, el cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, y quien participó en acciones conjuntas con eeuu para erradicar de Irak al ISIS (insurgencia suní) contrarios a los chií que comandaba Soleimani y enemigos de Irán, provocó un nuevo punto de quiebre.

Tras los ataques a la embajada norteamericana en Irak, hecho que recordó al complejo militar la toma con rehenes en la embajada de irán de 1979, Trump incurso su mayor acción militar desde que está en el gobierno con el asesinato de Soleimani mediante un drone MQ-9 Reaper.

Fue una muestra del poder asimétrico de EEUU e intento de dar un mensaje propagandístico de restauración hegemónica y su rol de Gendarme mundial, a Iran no le interesó y como respuesta lanzó una decena de misiles sobre la base militar americana en Bagdad. Esto provocó una escalada elevando la tensión a nivel global donde tanto China como Rusia operaron como estabilizadores llamando a reestablecer relaciones por vía diplomática. La política de disuasión americana es un llamado de atención a los límites que está dispuesto a soportar ese Estado, donde alejado de ser un acto de locura intenta minimizar riesgos y maximizar beneficios siempre en función de su propio interés nacional.

Banderas de EEUU, China y Rusia superpuestas

A su vez en un doble juego Estados Unidos sabe que hoy se encuentra ante otras potencias nucleares a las cuales es sensible pero también demuestra su poderío militar ante la avanzada económica China. El llamado a la OTAN y la avanzada ideológica de los nuevos nacionalismos emergentes como Salvini en Italia, Vox en España, Boris Johnson en Reino Unido o Bolsonaro en Brasil que asumen al liderazgo de Trump en Occidente demuestran una alianza como estrategia de poder y la intención de volver a ejercer un liderazgo hegemónico, al menos en apariencia.

A modo de conclusión en un mundo multipolar donde la emergencia de países como China, Rusia e India abren una ventana de posibilidades y en el cual EEUU plantea la administración del comercio exterior con una preponderancia de lo nacional sobre lo global vemos la necesidad de pensar de manera nacionalista, esto es donde lo "nacional es lo universal visto por nosotros" como decía Arturo jauretche. Aprovechar esta oportunidad de multipolaridad para construir poder mediante el impulso estatal como lo han hecho todos los grandes actores internacionales priorizando el interés Nacional, fomentando la industria y la Defensa necesarias para crear trabajo y tener soberanía con el objetivo de liderar la región Sudamericana y volver a ser potencia como analiza perfectamente el Dr. Marcelo Gullo en su libro "La insubordinación fundante. Breve historia de la construcción del poder de las naciones".

Crear un bloque continental en base a nuestra cultura común para construir hegemonía regional con un sentido comunitario y patriótico con un Estado-nación fuerte es un destino ante el avance del globalismo financiero que atenta contra los pueblos, la cultura y el trabajo. La guerra hoy es por el trabajo y contra los pueblos.

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