Si bien desde el Gobierno de Macron, apuntan a una participación menor que en las concentraciones del 17 y el 24 de noviembre, la cuestión es que las protestas en Francia contra el alza de impuestos a los combustibles y el encarecimiento del costo de vida, convirtió a París en el escenario de una inédita revuelta con barricadas, incendios y destrozos públicos en el centro de la ciudad.
La magnitud de altercados y el número de detenidos, al menos 224 en París, evidenciaron la radicalización del movimiento.
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