Si bien el Banco Central subió la tasa de interés de 44 a más de 50% para intentar contener la volatilidad del dólar, el billete verde estadounidense volvió subir en la city, llegando a cotizar a 43,50 pesos en el Banco Nación. 

Dentro de las causas, podría darse, en un modesto diagnóstico, inicialmente a la inflación: los consultores estiman que en febrero la cifra de inflación fue del más del 4%, un dato que acelera las expectativas de precios para el resto año. Los ahorristas se apuran a comprar dólares para cubrirse (de más inflación futura y más devaluaciones.)

El método del Banco Central de una tasa de interés alta no detuvo la compra dólares en el mercado, no detuvo al dólar. Es decir, los que compraban dólares lo siguen haciendo y los que vendían ya no venden más. O sea, existe una mayor presión cambiaria. Otro tema a tener en cuenta, son las elecciones y la incertidumbre que esto genera en ahorristas e inversores: ¿Qué sucederá a partir de diciembre con nuevo presidente o presidenta?¿El nuevo gobierno aplicará controles en el mercado  cambiario o seguirá siendo desregulado? ¿La Argentina podrá hacer frente al pago de sus deudas o deberá renegociar compromisos? ¿El Banco Central podrá sostener el nivel de pasivos monetario o tendrá que hacer un canje de Leliq para los bancos?

Y, finalmente, la política económica internacional: en un marco en dónde al haber pedido un crédito al Fondo Monetario, nos pone más vulnerables a lo que suceda en el exterior: El clima de los mercados internacionales es otro punto que hace la volatilidad en el mercado cambiario.

Mientras tanto, y ya que mencionamos al Fondo Monetario, y como quién prepara un posible escenario de cambio de gobierno y de paradigma gubernamental: el vocero del FMI, Gerry Rice, salió a aclarar que "Los gobiernos pueden cambiar, pero el FMI continúa apoyando al país".