Si bien los técnicos del Fondo Monetario Internacional, venían postergando su visita a la Argentina ,después de las enormes tensiones financieras del país y aunque la versión que intentó instalar el gobierno era que el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, había pedido el cambio de fecha para la reunión, finalmente la misión del organismo, encabezada por Roberto Cardarelli, ya está en Buenos Aires, para mantener reuniones con el flamante ministro, y con los asesores económicos de los candidatos presidenciales (entre ellos, Guillermo Nielsen y Cecilia Todesca, referentes económicos de Alberto Fernández; y Marco Lavagna, hijo de Roberto Lavagna).

La clave es: El Fondo Monetario Internacional tiene pendiente para lo que resta de este año desembolsar 6400 millones de dólares (que se deberían entregar unos 5400 millones a mediados de septiembre y otros 1000 millones en diciembre) Si el Fondo no desembolsa este año los 6400 millones, las reservas netas del Banco Central, terminarán con resultado negativo a finales de este año, 2019. Cabe señalar que en este contexto, el Fondo Monetario Internacional, entre  2020 y 2021 debería desembolsar otros 6000 millones de dólares.

En el contexto nacional, Los títulos públicos están cotizando a precios de remate. Este viernes se desplomaron otra vez y anotaron caídas de hasta el 8%. Los bonos cotizan por debajo del 50% de la paridad y tienen rendimientos en dólares cercanos al 20%. El riesgo país se acercó otra vez a los 2000 puntos.  

Mientras tanto, el Banco Central Central sigue perdiendo reservas. Desde mediados de julio la caída acumula los 10.480 millones de dólares. La caída de las reservas fue la pérdida de depósitos en moneda extranjera. Desde antes de las  las elecciones PASO ya se perdieron 2367 millones de dólares de depósitos.

En cuánto a lo más preocupante, que es la economía real, la de la calle, la del pueblo: Como el Gobierno había aumentado la entrega de alimentos durante la campaña electoral y ahora no cuenta con el stock suficiente para responder a una demanda que se ha disparado, sin olvidarnos que la reposición de mercadería se complica por el parate económico que produjo la subida del dólar. Conclusión: En comedores y merenderos, hay más personas acudiendo por ayuda y menos comida para repartir.