Una familia kelper puso a la venta una isla de poco más de 200 kilómetros cuadrados que forma parte de las Islas Malvinas, en el archipiélago que la Argentina reclama como propio. La llaman Pebble Island, es una de las tres más grandes de la zona y, por ello, durante la guerra de 1982 funcionó como pista de aterrizaje de aviones de combate.
En dicha isla, se produjo el desembarco terrestre de las tropas argentinas enviadas hace 36 años por la última dictadura cívico militar. El territorio continúa albergando restos de las batallas, como monumentos para conmemorar las pérdidas de vidas ambos ejércitos.
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