Sobre el caso de San Miguel del Monte, en donde policías bonaerenses persiguieron y causaron la muerte de tres chicos y un adolescente, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo: existe “algún tipo de trama porque el pueblo ya mantenía una relación de distancia y desconfianza con los agentes policiales”.

La ministra continúa reafirmando así la teoría de la "mano dura", por ejemplo, al dar una defensa contundente del policía Luis Chocobar, involucrado en otro episodio de gatillo fácil. Bullrich, dijo: “El caso Chocobar es un claro ejemplo de cómo deben actuar las fuerzas policiales en cumplimiento de su deber". O sea, adiestrar fuerzas de seguridad que repriman, y disparen antes de dar voz de alto.

Aprovechó también para tildar de "armados", los casos  de Santiago Maldonado, muerto luego de una represión de Gendarmería en Chubut, y Rafael Nahuel, asesinado por disparos de efectivos de Prefectura en Río Negro. En esa línea ubicó también al caso de Luciano Arruga, el pibe que se negó a robar para la policía y estuvo desaparecido por más de cinco años hasta que su cuerpo finalmente fue encontrado enterrado como NN en el cementerio de Chacarita. 

Y, se hizo lugar para atacar a organismos de Derechos Humanos: "Lo que pasaba antes en la Argentina es que cuando un policía actuaba, independientemente de lo que hubiera hecho, aparecía un aparato ideológico con el CELS, CORREPI, que lo condenaban por el solo hecho de ser policía”, y añadió: “Con el caso Arruga se encontró la prueba de que nunca se lo había llevado la policía, que apareció en la General Paz porque lo había atropellado un auto y que estaba como N.N enterrado”.

La teoría de Bullrich, sobre la seguridad, es básicamente, conformar un perverso entramado que empobrece más al pueblo, ajustando, dejando sin trabajo, destruyendo el tejido social, fabricar más pobreza, y eliminar a los pobres que "no le sirven" al sistema, como esclavos.