Las barbas en remojo II
Brasil-Argentina: Barbas en remojo

Hace unos días (11.10.2022) publicamos un artículo en Otra Voz donde sostuvimos la necesidad de vernos en el espejo de Brasil y poner las barbas en remojo. Hoy, tras el triunfo de Lula en la segunda vuelta se hace más imprescindible reflexionar sobre esta situación.

Algunos dirán, no exentos de entusiasmo y hasta de triunfalismo, se gana, aunque sea por un voto… y eso es cierto, tanto, como el hecho que es muy difícil gobernar por un voto. No la van a tener fácil los brasileños. Tampoco nosotros.

No es cierto que tengamos un problema de comunicación, tenemos un problema político originado en la decisión de Mauricio Macri y poderes económicos internacionales que crearon una deuda como condicionante del actuar posterior al triunfo del peronismo. Nos opusieron 45 mil millones de razones, frente a las cuales nuestros propios errores hasta parecen menores.

Hoy, los medios de comunicación orgánicos del enemigo, televisión, radio, diarios, redes sociales muestran a dirigentes que ya no necesitan mentir. El escenario propuesto anticipa un país cuya política social será ignorar los reclamos y reprimir la protesta y por eso construyen un discurso donde los culpables de sus carencias son los que carecen de todo. Con este discurso saben que en primera vuelta no ganan, pero suman a los libertarios en la segunda, tras lo cual buscan repetir lo que sucedió en 2015 en un contexto complejo y cuyos dirigentes expresan el goce del canalla que muestra obscenamente su poder: uno queriendo cobrarle más de 50 millones de pesos a los padres de los pibes de la secundaria que tomaron los colegios; otro confesando que va echar empleados públicos (maestros, médicos, enfermeras, empleados del PAMI, investigadores del CONICET, etc.) y otra que amenaza a un opositor interno con romperle la cara (sic).

De nuestra parte, no estamos estableciendo un proyecto claro, y en estos casos, a la hora de decidir electoralmente, el bolsillo pesa más que la política… y en eso venimos flojos. Parece que nadie se anima a ponerle el cascabel al gato: acá tampoco el problema es económico, sino que también es político. No se trata de explicar lo que significa psicológicamente la avaricia como desborde pulsional, sino que hay una decisión política del círculo rojo de acabar con el peronismo.

Ellos saben que aun en los términos de una democracia liberal corren el riesgo de no ganar por eso organizan «la previa», la cual se hace día a día. Y de esto las grandes cadenas de supermercados saben bastante y tiene responsabilidad. El objetivo es claro: crear las condiciones de descontento social. Para mejor, cuando se intenta por medio de la sanción de leyes acortar privilegios a la corporación judicial, la izquierda –una vez más- vota en términos funcionales con la derecha, como decían los romanos extrema se tangunt.

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