En principio vamos a conceptualizar que quiere decir la palabra militancia. Proviene del latín militaris, que se refiere a lo concerniente a ejércitos y soldados. Pero le articula la partícula nt, que significa ser agente de algo, y el sufijo ia que significa cualidad. Evoca entonces la conducta de aquel que defiende y pelea por una causa.

En general se la asocia a la política partidaria, gremial o social, pero si bien es cierto que esas son manifestaciones concretas de la militancia, la actitud militante abarca todas las actividades de nuestras vidas. La vida misma se puede militar si se la asume como una causa, si se le da un sentido, un objetivo vital y un compromiso con uno mismo y con lo que lo rodea. Sería algo así como honrar la vida, según esa hermosa canción de Eladia Blazquez que nos dice:

Eso de durar y transcurrir No nos da derecho a presumir Porque no es lo mismo que vivir Honrar la vida.

Es una virtud, es dignidad Y es la actitud de identidad Mas definida.

Esta es sin duda la causa más importante, que significa justamente militar la vida. Hacerse cargo y militar la amistad, la pareja, los hijos, el trabajo y todas las actividades que hagamos. Significa el compromiso y el compartir, y compartir es multiplicar. Es querer ser protagonista y no mero espectador de lo que acontece a nuestro alrededor, es ser un sujeto activo para la transformación de la realidad que vivimos, que siempre es parte de la realidad social. No hay forma de vivir que no sea dentro de una sociedad.

Por eso militar es simplemente una forma de vivir, una forma de encarar la vida.

Es una cualidad que es permanentemente adormecida por los que quieren manipular la vida de los demás en beneficio propio. Ellos necesitan que no te involucres ni te comprometas, que asumas que ellos quieren y saben cómo se debe vivir y que eso es lo mejor para el conjunto. Que lo mejor es permanecer y transcurrir pasivamente la vida que te tocó en suerte. Como si la vida que vivís fuera una cuestión de suerte. De suerte y de méritos que habrás hecho para estar justamente donde estás, y eso es lo Justo. En definitiva, que es lo que te mereces.

En términos de la ideología y la política argentina, la cualidad de la militancia ha estado presente en la actitud del pueblo peronista desde sus orígenes allá en la mitad del siglo XX. Actitud que el kirchnerismo volvió a despertar masivamente en el Siglo XXI a partir del 2003.

En Marzo del 2004, a un año de su asunción, en el Encuentro con la Militancia, el presidente Néstor Kirchner expresó en forma muy concisa la necesidad de la actitud militante y de la formación de cuadros políticos con frases como estas:

“Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de los cuadros, tenemos que volver a valorar la política. “ “No queremos tener tropas “disciplinadas”. Queremos tener compañeros que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que nos ayuden a equivocarnos lo menos posible.” “Cuando hay una masa crítica que piensa, que elabora, que participa, evita que aquellos que tenemos que cumplir responsabilidades nos creamos más de lo que somos y nos olvidemos de dónde venimos y para qué venimos.”

Esta es la concepción de la militancia para el peronismo, que recupera la actitud política del pueblo que protagonizó el 17 de Octubre de 1945 fecha que se consolidó como el Día de la Lealtad y el 17 de Noviembre de 1972, cuando después de 17 años de proscripción el pueblo logró que su líder pudiera volver a la Argentina, y por eso se considera y se festeja como el día de la Militancia. Y esto no es casual, porque no se puede militar una causa popular sin ser leal al pueblo y a los líderes que la encabezan. La militancia sin lealtad es una quimera. Por lo menos la militancia popular, que se entiende desde la solidaridad, que es el tercer componente vital de lo que realmente puede ser llamada militancia.

Por eso la supuesta militancia liberal es una quimera. Porque el liberal es individualista y sólo es leal a sí mismo y a sus propios intereses. El interés personal es su causa. Ni siquiera son leales a la propia familia ni a los intereses de clase. Para los individualistas todo se negocia en función de los propios intereses. El otro, inclusive el más cercano, es tan negociable como las cosas.

El regreso de Perón a la Argentina el 17 de Noviembre de 1972 fue fruto de la lealtad del pueblo a una causa común, fue fruto de la solidaridad de un pueblo sometido a bombardeos, fusilamientos, que sufrió innumerables muertos y desaparecidos, y de una feroz represión material y mediática. Fue fruto de la Resistencia Peronista, que es la expresión cabal de la militancia popular y de que no hay nada imposible cuando las personas asumen una actitud militante.

Como la que está expresando el pueblo hoy en la calle a pesar de la pandemia, apoyando a su gobierno para que se apruebe la contribución de las grandes fortunas, en una actitud verdaderamente militante.

Los militantes de la vida hoy son imprescindibles para honrar la vida digna de nuestro pueblo