Fue el verdadero artífice, de la resolución de la ONU sobre la restructuración de deuda soberana, contra los fondos buitres, y del Memorándum que implicaba destrabar la causa AMIA. Fue perseguido por sicarios judiciales, deshonrado en su condición de judío, calumniado por los medios hegemónicos, y perseguido por el régimen macrista. Murió, dignamente.