El discurso de campaña del oficialismo, basado en el diálogo que sostenía como propuesta una gestión aperturista, quedó al descubierto en su primera medida con el envío del proyecto inconsulto que se convertiría luego en la Ley 9.209.

Sé que todes se preparan para celebrar la llegada de un nuevo año, esperanzados de que algo nuevo y mejor sucederá, pero no se trata sólo de arrancar las hojas del calendario para que ello suceda, es esforzarnos juntos para que por fin hagamos de éste mundo un mejor lugar.

La arrogancia del poder

El letargo tórrido de la siesta del verano mendocino quedó alborotado y no cesará hasta que la Ley N° 9.209, que modifica la Ley N° 7.722, se derogue. Por un lado, el pueblo todo reclama por su agua pura y alarma sobre la escasez de la misma. Del otro, la incomprensión y la falta de empatía se traducen en represión.

Mendoza, la megaminería y el Grupo Macri. Un verdadero entramado de poder, y contaminación ambiental.

Después que las dos cámaras de la Legislatura de Mendoza modificaron la Ley 7722 para habilitar el uso de sustancias químicas como cianuro, ácido sulfúrico y otras similares, lo que significa la apertura de la provincia a la explotación de la megaminería. La actividad se encontraba limitada desde 2007. El pueblo no dejó de movilizarse, después de un intenso recorrido por rutas provinciales, De este modo, más de 50.000 vecinos y asambleístas de todas partes de Mendoza, protestaron frente a la Casa de Gobierno provincial, en defensa del agua, para exigirle al gobernador Rodoldo Suárez, que vete las modificaciones hechas a la ley 7722, que habilitan el uso de sustancias tóxicas para la megaminería. Cabe aclarar que Mendoza es una provincia con emergencia hídrica. El Gobierno provincial de Rodolfo Suárez, respondió reprimiendo después de rechazar el petitorio de los manifestantes. El agua, no se negocia.